cada
uno encuentra sonidos con los cuales se identifica, sonidos y música
que componen una especie de banda sonora, personal, a la que añadimos
nuestra particular relación de experiencias, algo que en la mayoría
de las ocasiones no sé muy bien de donde procede o nace, una
misteriosa evocación que me atrapa como si fuera capaz de recordar
mi primer grito al nacer, el ruido de las olas con los ojos cerrados
y la arena en los labios, el latido del corazón de mi madre cuando
mecía mi sueño, conversaciones inquietantes que no entendía ni me
pertenecen, incluso el silencio lleno de sonidos, en el desierto, en
algún lugar de almería.
desde
que conocí beirut, el grupo que lidera ese genio con cara de niño,
no he dejado de preguntarme que tienen que ver mis recuerdos de
infancia en barcelona, con el desierto de méxico, al que regreso año
tras año, y esta música que siento como si fuera parte de mi propia
geografía.
utilicé
beirut en el documental sobre los poetas de la frontera, "elephant
gun" y "the concubine" y ahora no hay forma de
sacarlas de mi cabeza, como si fuera ese compás el que mide días y
amores, recuerdos y fe, hambre y coraje, el mismo que parece doblar
las esquinas que nos propone el azar, brindar por lo desconocido y
seguir caminando, incluso ahora, cuando los elefantes huyen con
nuestros sueños
p.d.:
encontré en youtube estas dos versiones en directo de "elephant
gun", véase la diferencia entre el publico polaco y el
mexicano, y por si fuera poco ese día yo estaba allí