entre jose luis y alfons
me presentaron alfons cervera y josé luis falcó y entre el público asistente muchas caras conocidas y queridas, y algunos que hacía la friolera de treinta años que no veía, como antonio marín, a quien debo agradecer el testimonio gráfico del acto.
desde mi izquierda alfons cervera, josé luis falcó y antonio martínez
alfons, paco f.f.meneses y rafa camarasa
con rafa brines
encontrarme con antonio marín fue como dar un salto de gigante en el tiempo, y me vino a la cabeza aquella tarde en pleno montaje del número dos de nuestra revista de cine y poesía "obra abierta", dedicada a pier paolo pasolini, cuando nos llegó a "ocmo", el taller de lola y octavi donde imprimíamos nuestra revista, la noticia de la intentona de golpe de estado del 23F. toque de queda y en unas horas las calles de valencia vacías de vida y llenas de tanques, especialmente la nuestra, en manuel candela, junto a la avenida del puerto por donde desfilaron amenazantes las máquinas de guerra y desde donde están filmadas muchas imágenes de aquella noche tan negra.

los tanques sobre valencia
pasamos la noche en casa de clara, cuartel general de nuestra revista, con jesús, otro de los editores escondido y en busca y captura tras su fuga del cuartel donde cumplía un servicio militar que le estuvo a punto de costar la vida. y mientras, fernando garcín, el cuarto elemento de la editorial, padeciendo el despropósito de aquellos descerebrados en la división brunete, la misma que asalto prado del rey en madrid y a quien tuvieron de guardia toda la noche.
parece que ha pasado ya mucho tiempo y sin embargo ahí siguen los mismos personajes, ahora mejor armados y camuflados para seguir imponiendo la voluntad de unos pocos a la necesidad de la mayoría, un estado muy alejado de aquella democracia que creímos defender cuando nos lanzamos a la calle para proclamar el estado de derecho. la pregunta hoy es ¿porque ahora no nos echamos a la calle, acaso no es igual de indignante la tutela mediática y económica de la democracia que quisimos?