lunes, 13 de diciembre de 2010
tras la huella de carlo quatrucci y rafael siqueiros
en méxico con guillermo ceniceros y su esposa
durante mi estancia en la ciudad de méxico tuve que cumplir un agradable y preciado encargo de mi querida amiga italiana tiziana quatrucci, hija del pintor carlo quatrucci.
el encargo se reducía a buscar las huellas y amistades que carlo quatrucci, fallecido en abril de 1980, había dejado en méxico. carlo fue un gran colaborador y amigo de rafael alberti en su exilio italiano, en la década de los sesenta viajó a cuernavaca para trabajar con el pintor rafael alfaro siqueiros en la realización de los murales de "la gran marcha de la humanidad" y el mural de la aduana.
tiziana y yo nos conocimos en el verano de 1980 en un camping miserable a las afueras de milán, yo tenía 21 años y viajaba en motocicleta desde valencia a sarajevo, destino al que nunca llegué.
tiziana fue la hermana italiana cuya amistad se ha mantenido inquebrantable durante más de 30 años. mi encargo se tradujo finalmente en localizar y entrevistar al pintor mexicano guillermo ceniceros compañero de carlo quatricci durante aquellos años de trabajo en los murales de siqueiros.
no deja de ser una macabra casualidad que tuviera que entrevistar e indagar en la vida de unos artistas ligados al muralista mexicano que atentó contra la vida de león trotsky, en cuya casa museo estaba celebrando en esos mismos días edita, el encuentro internacional de editores independientes.
el poeta mexicano josé angel leyva fue quien me puso sobre la pista de guillermo ceniceros y se ofreció para acompañarme y presentarme al pintor hasta su casa y estudio. allí nos acogieron guillermo y su encantadora esposa. me trataron con la amabilidad y cariño que, insisto, hacen de este país mi casa y pude grabarle y tomar algunas fotos de su obra.
una anecdota sobre carlo quatrucci que le gustó recordar, era el día en que carlo recibió a su esposa y a su hija tiziana en méxico o cuernavaca (no recuerdo) y en lugar de un ramo de flores para darles su bienvenida les preparó una exuberante y magnifica mesa adornada con frutas de todo tipo y color.
me fui con el dulce sabor de boca de haberle pegado un delicioso mordisco a la historia de méxico y a mi propia vida. te lo envío tiziana, abrazos
guillermo ceniceros y josé angel leyva
carlo quatrucci
tiziana en aquellos dulces años