miércoles, 29 de diciembre de 2010
poco pan y mucho circo
el indicador de que algo no funciona como es debido en la naturaleza, en el medio ambiente suele venir precedido por la extinción de alguna especie, ya sea animal o vegetal. algo similar se produce en el conjunto de nuestra sociedad cuando un medio de comunicación de la calidad y rigor de la cadena de noticias cnn plus desaparece y en cuestión de segundos su frecuencia la ocupa un programa de la talla, yo diría de la calaña, de "gran hermano", que ahora por obra y gracia del cavaliere nos permite un lavado completo de cerebro sin salir de nuestra propia casa, durante las 24 horas del día.
sin embargo defunciones como esta son la crónica de una muerte anunciada, la consecuencia directa de un sistema que ha despreciado cualquier otro valor que no fuera la rentabilidad estrictamente económica. aquí no cuenta la plusvalía del derecho a la información, el valor añadido de la cultura o la garantía de la información contrastada, se reduce todo a una simple y burda cuestión de audiencia, tanto tienes, tanto vales.
desmantelado el antiguo orden mundial, representado simbolicamente con la caída del muro de berlín, en esta carrera galopante hacia la globalización, el todo vale se ha instalado en cualquier ámbito la vida pública. el fin ahora, más que nunca, justifica los medios, y el fin en política está cada vez más cerca de la consecución del poder que de la conquista de la felicidad. en esta lucha desigual, las primeras víctimas son los códigos deontológicos, y por extensión la cultura, entendida ésta como una amenaza, por dotar al ciudadano de una conciencia crítica, capaz de distinguir el grano de la paja y permitir el uso consciente y consecuente, nunca inducido, del derecho al sufragio. es aquí, en este punto de inflexión, donde la democracia realmente está amenazada.
la locución latina pan y circo, es una práctica habitual entre nuestros gobernantes, que tratan de mantener adocenada y sumisa la población, a base de estómagos medio llenos y cerebros moribundos, contrato basura versus televisión basura, política que se traduce en la práctica en la compra de voluntades, en votos cautivos, un seguro político sin garantías ni derecho a reclamación.
si nuestros gobernantes en su ejercicio de poder desprecian abiertamente la cultura, cultura que garantiza el desarrollo humano, la identidad personal y colectiva, el diálogo y la convivencia, si las medidas de austeridad ante las crisis pasan por recortar y desmantelar en primer lugar el tejido cultural de nuestros pueblos y ciudades, si es así, estamos abonando el campo para que la voracidad totalitaria del mercado suplante definitivamente la representación parlamentaria.
hoy, como en la antigua roma, los gladiadores lucen camisetas de fútbol, las televisiones exhiben sin pudor y absoluta frivolidad la miseria humana, que bate récord de audiencia, los casos de corrupción prescriben y los modelos de éxito son personajes que con mucha dificultad superarían un examen de cultura general. con un horizonte así, es posible imaginar el futuro, un futuro que cada día se parece más a nuestro pasado, señal inequívoca de que muchos nunca hicieron los deberes.