sábado, 12 de marzo de 2011

málaga en su tinta


con javier labeira e isabel bono

últimamente al amanecer y durante breves segundos una sensación de desconcierto me asalta, no reconozco la habitación donde despierto, creo que se debe a que nunca antes había estado viajando tanto y tan seguido, pero no es un lamento, viajar y hacerlo para presentar libros es un placer, sobre todo si te permite volver a ver viejas amistades. en málaga me reencontré con algunas de la autoras de "mujeres en su tinta" como isabel bono, isabel pérez montalbán y maría eloy-garcía que me acompañaron en la mesa, al igual que mi querido javier labeira que actuó de presentador, pero también llegó por sorpresa aurora luque de quien leímos algunos poemas en el acto y aún tuvimos tiempo de acercarnos a las lecturas de interzona que organiza paco cumpián cerca de allí, donde leía otra de las autoras de la antología: carmen camacho.


entre isabel peŕez montalbán, maría eloy-garcía, javier labeira e isabel bono



de isabel bono

deseo tener el pelo corto
como un niño
y ser hermosa
como una mujer hermosa
deseo ser octubre con charcos
y pájaros en las antenas
deseo ser un loco bueno
deseo no pensar
como no piensa un loco bueno
agarrado al tronco de un árbol
deseo tener pájaros en la cabeza
tempestad y verano
lo no dicho
deseo dudas cicatrices tu boca
piedras y desierto
que entre raíces crezca la hierba
deseo otra piel arena sueños
abismo memoria vidas
el comienzo sin final



de isabel pérez montalbán

Sistema

Compañera, tus uñas azules y no rojas:
Estudio de las falsas teorías.
Los adioses muy blancos como mares de nieve
y los negros perfiles, los sicarios del miedo.
Se retrasó la Historia, sentí el frío letal
del fracaso, la ruina, las vértebras cansadas.
Se necesitan cursos intensivos y largos
sobre el ciclo del hielo y su andamiaje,
para así contemplar los tanatorios
del hambre, las plegarias tan humildes
sin respuesta precisa desde los rascacielos.
Sólo existe un sistema, sin reglas ni principios,
que practica –algo torpe– el desescombro
que arroja de aplicar el salvajismo.
Se necesita química, terapia, indiferencia,
para no vomitar ni desmayarse
como lo haría un maldito cobarde.
(de Cartas de amor de un comunista)



de maría eloy-garcía

Canto Ikeano

A Charo y a Luis Puelles
a los que no fuimos nunca inteligentes ni guapos ni valientes
las mayúsculas nos daban mucho miedo
y las categorías infinitas las lagunas artificiales
los sueños de otros
las iniciales de los muertos en los periódicos
los que se fueron a la india a resolver su dentro
los que plantaron una oenegé y fundaron un árbol
los que inventaron el día internacional
los que dignificaron la poesía no nos dieron tanto miedo
como los que hundieron la dignidad de lo trivial
pero al fin entendimos una cosa que satisfacía
nuestro yo más profundo
sin grandes viajes de afuera
vimos las cosas pequeñas de dentro
nos sentamos a pensar en el sillón de nuestra casa
en el agua quieta en su contador
en la alta fidelidad de la minicadena
y el karma fue tan sencillo
en zapatillas estaba en el vaso de café
encima de la mesa de camilla
encontramos por qué no decirlo
un autoengaño de ikea barato y prediseñado
a montar en tu propia casa
apúntense inconformistas del alma
hay es verdad una verdad repartida
y se llama como todas las cosas



de auora luque


Fecha de caducidad
Con el traje de junio
la vida se mostraba casi dócil
entre toallas verdes y amarillas
y lycra luminosa compartiendo
fronteras con la piel. Olor a mar templado
y la pereza cómplice
de olas y bañistas: era propicio hundirse
en esas lentejuelas soleadas del agua
o en las selvas pintadas sobre los bañadores,
desmenuzar el velo finísimo de sal
de unos hombros cercanos
y posponer la noche y su aventura.
Parecía la vida un puro litoral
pero avanzó una sombra:
al borrar con saliva la sal de la mañana
pude ver la inscripción junto al omóplato:
FRUTA PERECEDERA. Consumir
de preferencia ahora. El producto se altera fácilmente,
antes que los deseos. No se admiten
reclamaciones.



de carmen camacho


Que el marinero con una mujer en cada puerto
zarpe tranquilo. No estamos solas,
que la mujer del puerto tiene un hombre en cada marinero.