martes, 15 de enero de 2008
mis cosas favoritas
París sobre una taza de café, verano de 2006
observar gatos, leer poemas en voz alta, lanzar piedras sobre la superficie del agua, comer chocolate en cualquier forma y a cualquier hora, escuchar a Van Morrison por carreteras secundarias, los juegos del amor en la eternidad del amanecer, todo Picasso, el vino tinto con queso de la sobremesa, los amigos estén donde estén, el olor a café recién hecho, nadar contracorriente, Johann Sebastian Bach, los restaurantes italianos, los ojos de un niño tras el cristal de un tren en marcha, los días de lluvia, "El filo de la navaja" de W. Somerset Maughan, pisar la nieve descalzo, las motocicletas antiguas, todo Cortázar, el pan de pueblo, regar las plantas con el vaso de brindar, las canciones románticas de Burt Bacharach, la respiración en la cima de las montañas, una carta en el buzón, las viejas máquinas de escribir, María Callas en Turandot o Madame Butterfly, el sonido de las olas, las chaquetas de piel, encender velas en el baño, los club de jazz, regalar flores, largos viajes por carretera, bailar cuando estoy sólo en casa, las tardes de circo con mis hijos, jugar al maiong, la caja de especias que guardo en la cocina, "Walk on the wilde side" de Lou Reed, pasear junto al río al atardecer, los personajes de Sam Shephard, el color azul del planeta, desayunar pescaito frito y vino blanco sin haber dormindo al sur de algún sur, la última escena de "Los Puentes de Madisson", el erotismo de un poema inteligente, dormir a cielo abierto, visitar las lonjas de pescado temprano al amanecer, la mirada de Audrey Hepburn, los viejos anarquistas, recoger piedras del fondo de los ríos, la memoria del último beso, las películas mexicanas de Buñuel, la sal del mar en los labios, andar sin rumbo fijo por ciudades que no conozco, las mujeres de Modigliani, cualquier poema de Jacques Prevert, el sonido del tren, mi madre en una mecedora sonriendo, una flor de loto en el estanque, los ojos de los mineros al salir del pozo, buscar palabras en los diccionarios, el olor a manzana en la ropa de cama, los proverbios chinos, Albert Camus, el viejo tranvía verde regresando a casa en Valencia cuando pasaba entre los campos de naranjos, mis viejas y desgastadas botas camperas, conversar sentado en los escalones de la puerta durante las tardes de verano, la fotografía de mi hijo en los brazos de mi padre, un pendiente sin pareja, un original sin copia, el sabor de unos labios que nunca olvido, el más sincero te quiero..... la vida que se me ha hecho de pronto más bella contigo dentro, y ese brillo que tienen ahora mis ojos cuando me miro en el espejo de tu mirada.....