domingo, 31 de octubre de 2010

barcelona en el corazón


presentando "tan lejos de dios"

viví en barcelona entre 1965 y 1973, mi infancia, quizá los años más felices, donde la realidad era sólo ese lugar que asaltaba sin pudor ni miedo a cualquier hora del día todos los días del año, y en ese tiempo imposible, como todos los niños, también soñé y me tocó hacerlo en un tiempo difícil, bajo el grotesco gobierno de un dictador que apoyado y bendecido por la iglesia católica, que lo paseaba bajo palio, había extendido su crueldad política y social al ámbito doméstico e íntimo, donde muchas de las maneras de amarse y expresarse eran consideradas delitos.

viví sin embargo feliz rodeado de seres que habían aprendido a sobrevivir al margen de un destino que aunque cruel y poderoso estaba llamado a su propia extinción, pero lo hice sobre todo porque para mi por edad como para el país por historia había llegado la hora de ser otro.

barcelona fueron olores, melodías, nombres, calles, imágenes, y canciones. hace unos días volvía caminar por mis calles de la infancia, con la música de entonces sonando en mis oído, los beatles, burt bacharach, harry nilson, simon y garfunkel, ... sin que nadie me molestara y era un placer subir sus inclinadas avenidas en busca de rincones y caricias que me devolvían ese tiempo de certeza y felicidad donde todo futuro fue posible.






















con mi madre, barcelona 1967

la biblioteca guinardó-mercè rodoreda de barcelona era el lugar donde presentaba por última vez antes de viajar a méxico "tan lejos de dios", tuve oportunidad de leer algunos poemas mios por vez primera en la ciudad de mi infancia y conocer, dialogar y compartir con un público excelente.

la biblioteca situada en la ladera del parque güel está especializada en poesía, un lujo en estos tiempos de cólera y altamente recomendada por su entorno y espacio para quien se quiera dar el placer de visitarla cuando pueda.

intervine en el ciclo de "pensamiento, palabra y obra", y una de las grandes y amables sorpresas fue la directora de la biblioteca, isabel minguillón, al escribirlo me doy cuenta que estamos tan poco acostumbrados a la amabilidad que cuando alguien lo es, como lo es isabel, valoramos cada día más esa capacidad de tender puentes que conservan los grandes de corazón.

el resto del público estuvo a la altura, con sorpresas como el reencuentro con el escritor carlos zanón a quien no veía desde hace 17 años, gracias maría josé, hermes, jordi, eduardo, clara, y tantas personas de las que no recuerdo el nombre y se acercaron a felicitarme y comentar su visión del documental y mis poemas. fue breve pero momentos así ayudan a cargar las pilas.


con isabel minguillón