martes, 3 de noviembre de 2009

isabel pérez montalbán













y el cinco de noviembre por la tarde, si nada lo impide recitará en punta umbría, otra de las grandes y admiradas poetas, de esas que una vez lees y conoces te acompaña siempre, isabel pérez montalbán. a quien he tenido el placer de antologar siempre que puedo como una de las mejores exponentes de la poesía andaluza y española contemporénea.

nace en córdoba en 1964, aunque reside en málaga desde hace más de veinte años. poeta. ha cursado estudios de magisterio y comunicación audiovisual.es una de las voces más destacadas, y con mayor personalidad, de la poesía de la conciencia desarrollada en españa. ha participado en importantes festivales literarios, como la semana de poesía de barcelona, en 2007.

Poesía

* No es precisa la muerte (Premio Ciudad de Málaga de Literatura Joven; Málaga, Ayuntamiento, 1992).
* Pueblo nómada (Málaga, Ateneo, 1995).
* Fuegos japoneses en la bahía (Málaga, Miguel Gómez, 1996). 32 páginas, ISBN 84-88326-31-9.
* Puente levadizo (Premio Barcarola 1995; Albacete, Diputación, 1996). 64 páginas, ISBN 84-921720-0-2.
* Cartas de amor de un comunista (Valencia, Germanía, 2000; reedición en pdf por Manual de Lecturas Rápidas para la Supervivencia, en abril de 2007). 64 páginas, ISBN 84-89847-17-7.
* Los muertos nómadas (Premio Leonor 2000; Soria, Diputación, 2001). 64 páginas, ISBN 84-95099-31-4.
* De la nieve embrionaria (Montilla, Ayuntamiento, 2002). Plaquette.
* El frío proletario (Málaga, Litoral-El Agua en la Boca, 2002). Plaquette.
* Siberia propia (Madrid, Bartleby, 2007). 111 páginas, ISBN 84-95408-55-4.


Viviendas Fundación Benéfico-Social
(Sector Sur, Córdoba, 1961-1965). Arquitecto: Rafael de la Hoz

Teníamos un tiesto con claveles,
las coplas dedicadas por la radio
y un corazón de periferia
con vistas a la diáspora y al tizne.

Yo contaba dos años, tan blanca la memoria
que no recuerdo nada, pero he visto
en una exposición de arquitectura
mi barrio, las vanguardias y el enjambre moderno.

La vivienda social era una huida
de los asentamientos marginales.
Así, pensando en los más pobres
y en nuestra natural inclinación
al revoltijo y a la bronca,
nos construyó el Estado ese polígono
de casas protegidas, de refugios al margen,
como nidos aislados de hipoteca.

En medio de un solar sin jardineras,
ni césped verde inglés ni toboganes,
se edificó una urdimbre de bloques tan idénticos,
con sus cubiertas de teja a dos aguas,
como idénticas jaulas de tristeza
para pájaros torpes o vidas que no logran
alzarse, y a ras de asfalto se mueven
con sus muros de carga paralelos.

Viviendas solidarias, dijeron los ministros.
No dijeron más dignas que nosotros,
criaturas sin modales ni costumbre,
casi bestias del campo a la intemperie.
Porque un techo no basta. Porque no hay dignidad
ni en la pobreza ni en el hambre.

Teníamos un cielo lapislázuli,
igual que en las películas.
Y un corazón a dos aguas de cauce turbulento,
y un corazón a dos lavas de volcán siciliano,
y un corazón a dos sangres fluyendo por los días.
Teníamos un arte de realismo puro:
fachadas de ladrillo visto,
polvaredas del natural,
secuencias al estilo de Vittorio de Sica.
Y un corazón al revés, a dos aguas.
Pero con una sola muerte.

(De El frío proletario, Litoral, Málaga, 2002)