entrevista con manuel garrido palacios para el diario odiel de huelva
P: “Tatuaje” es un nuevo libro de Uberto Stabile (Editorial Atemporia y Nortestación), que ha iniciado en estos días su presentación pública: “Aquí, mi libro. Aquí, el lector” ¿Está escrito para que el saludo cierre con “He disfrutado leyéndolo”?
R: Dice el refrán que nunca es tarde si la dicha es buena, así que ahora desde el balcón de los 50 me han nacido varias antologías que recogen una poesía que andaba revoloteando entre editoriales independientes y revistas alternativas. En estos años me han editado tres antologías en España, dos en México y una en Portugal. La mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella, y yo me apliqué. “Tatuaje” es una antología personal, la primera de las seis cuya selección realizo en exclusiva. Está construida desde el rigor, desde la osadía y la emoción, sin ninguna concesión a lo politicamente correcto.
P: Gran fiesta interior es la de decir “Aquí, mi obra”, en especial si es en México, ¿dónde más?
R: Se trata de una gira en toda regla, comienza el próximo 11 de noviembre en México Distrito Federal, en el Teatro el Milagro, luego viajo a Baja California; Tijuana, Ensenada y Mexicali, de ahí a Saltillo en Coahuila, a Monterrey en Nuevo León, y finaliza el 2 de diciembre en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en Jalisco. Con esta gira completo un sueño que comenzó el pasado septiembre en Ciudad Juárez, Sacramento y Chihuhua; la idea de recorrer toda la frontera mexicana leyendo mi poesía y al mismo tiempo rodando un documental para presentar una antología de poesía mexicana actual, en ese territorio tan extremo, en la que llevo trabajando un año.
P: ¿Se puede decir que México te quiere?
R: Se puede decir, pero yo lo quiero más. Fue un flechazo, un amor a primera vista, desde sus volcanes al tequila, del mestizaje a su resistencia indigenista, de las novelas de Rulfo a las canciones de Chavela Vargas o José Alfredo Jiménez, del universo de Frida Khalo a la poesía de Sabines, de los desiertos de Sonora y Chihuhua a las selvas de Oaxaca y Yucatán, México es para mi esa patria que nunca tuve y que como todo forajido construyo en mi propia huida.
P: Uberto tiene ese espíritu de adelantado que va abriendo camino… ¿hacia dónde?
R: En uno de mis poemas digo que “voy despacio, despacio hacia ningún lugar”, quizá porque lo importante no es el lugar al que llegar sino la forma de hacerlo. Hemos construido demasiado rápido un mundo del que ahora nos queremos bajar, perdimos muchos valores y arrastramos en nombre del progreso el sueño que los alimentaba. Como dice el poeta portugués Alberto “¿Qué país es este donde la espera desemboca en otra espera?”. Es hora de reconciliarse con el planeta, con nuestra propia naturaleza esa misma que nunca debimos abandonar.
P: Comentaba ayer con el narrador Juan Villa sobre si el novelista viene a escribir siempre la misma novela, aunque parezca que escribe otra. ¿Le pasa esto al poeta?
R: Todo esta ya dicho, pero lo hermoso es decirlo, tener la capacidad y la voluntad de hacerlo, y hacerlo siempre de una manera diferente. Todos los poemas son el mismo poema, pero cada vez que leemos estamos escribiendo un nuevo poema, esa es la grandeza de nuestra naturaleza. Ya lo dejó escrito Juan Ramón Jiménez en “Espacio”, ese poema magistral del siglo XX: “Los dioses no tuvieron más sustancia que la que tengo yo. Yo tengo, como ellos, la sustancia de todo lo vivido y de todo lo porvivir.”
P: La fuente de la escritura es el sentimiento, ¿o hay algo más?
R: Las fuentes de la escritura son muchas pero sólo la emoción es la el arco que mide correctamente la distancia entre lo escrito y lo sentido. En cada verso nos jugamos el siguiente, por eso los mejores poemas nunca se pasan a limpio.
P: No sé qué preguntar, si se lee o se vende poesía.
R: La poesía se lee poco y se vende menos, es como la energía, ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. Es precisamente esa endémica reacción de la poesía frente al comercio la que permite su concepto de eternidad.
P: Escribir es un trabajo para unos, un placer para otros… ¿podría ser otra cosa para alguien?
R: Escribir puede ser muchas cosas diferentes para cada cual: trabajo, placer, dolor, terapia, depende de las circunstancias personales del escritor, pero cuando la escritura surge como una necesidad entonces estamos en el mejor de los estados al que puede acceder un escritor. En cualquier caso la escritura es siempre un acto de higiene mental y esa capacidad la tenemos y deberíamos ejercer todos.
P: Se escribe poesía y se muestra el alma, con sus cicatrices, sus callos…
R: Sólo hay dos maneras de sentarse a escribir poesía, desnudo o disfrazado. Pero también hay otra poesía posible, aquella que ya no necesita ser escrita, la que trasciende su propio género y nos reconcilia con la vida, y en ella ando.
P: En realidad, ¿para quién escribe el poeta si no para sí mismo?
R: Escribimos para que alguien lea,incluso quienes guardan sus poemas en un cajón durante años, los dejan escritos para que alguien los lea. No renuncio a compartir mis poemas, por el contrario me emociona saber que algunos han servido a otras personas para recordar, para amar, para olvidar, para soñar. Y aunque la escritura es un juego solitario, lo cierto es que escribimos para saber que no estamos solos.
P: Presentaciones del libro en España.
R: “Tatuaje” es una antología que circulará sólo en México, aquí todavía tengo presentaciones pendientes de las tres editadas en España “Habitación desnuda” (Tenerife), “La línea de fuego” (Valencia) y “Maldita sea la poesía” (Zaragoza)
P: Hijos, libros, ¿has plantado algún árbol? El árbol de los versos…
R: Dos hijos, una docena de libros y algún árbol que otro. Ahora voy a sembrar un bosque, el bosque de la bibliodiverisdad, en contra de la deforestación intelectual de este país que vuelve a oler a pandereta y cadena de oso.
P: Llueve ahora. De una gota de lluvia sale a veces un libro de poemas.
R: Quizá no haga falta escribirlo sino aprender a leer el poema en la misma gota de lluvia.
P: Andar y andar y el viento lamiendo las pisadas. ¿Para qué andar? Para llegar…
R: Nunca para llegar, para seguir sintiendo el viento y la hierba y la tierra bajo la piel de nuestras cicatrices, para conocer y olvidar, para soñar, “porque los sueños pueden ser peligrosos pero más peligroso es vivir sin sueños”.