con antonio, parte del alma del festival internacional de jazz de gibraleón
el pasado domingo tuve el placer de regresar a gibraleón, al pueblo donde llegué a huelva hace 19 años, cerrando heridas y reinventando un futuro que no creía posible, fue un placer leer mis poemas en el convento del vado, leer poesía por vez primera en un lugar tan especial, rodeado de amigos entrañables y música de jazz, proyectar "tan lejos de dios" nuevamente, compartir cervezas y sonrisas y escuchar, en el maravilloso patio del convento, al trio "acustasonic", unos jóvenes músicos de mazagón que me dejaron un delicioso sabor de boca y saber de oído, poniendo broche de oro a una noche inolvidable... a veces resulta tan sencilla la felicidad que nos recuerda lo efímera y fugaz que se dibuja en nuestra memoria. "c'est la vie"
