sábado, 17 de mayo de 2008

una vez más ... en mayo



José Luis Falcó, el Sujeto Omitido y yo. Es una tarde primaveral de un abril que bien podría llamarse mayo, en el Aula 404 de la Facultad de Filología, en la Universidad de Valencia. El recital ha terminado y siento como si me hubieran inyectado mis 19 años directamente y con carácter de urgencia en el mismo centro del corazón. El aula estaba llena de jovenes con los que hubiera continuado hablando durante días y días. Creo que el sentimiento era recíproco. Hace años que no me trataban con tanto cariño y delicadeza, y también hace años que no encontraba una grupo de jovenes tan genuinamente jovenes. De ellos es este nuevo y eterno mayo al que siempre me sentiré ligado.

El Sujeto Omitido me regaló una botella de güisqui de Malta y un billete sin retorno a la ciudad que sin remedio sigo amando y de la que nunca podré separarme por lejos que me encuentre. Y quienes me conocen saben de qué ciudad hablo. (Rita no) Esa que todavía es capaz de regresar en noches de insomnio para recordarme que todos los sueños son posibles mientras quede quien los sueñe.

Les he prometido que esa botella se abrirá el día que vuelva a escribir y ya tengo sed.

Esa noche me reservaron una habitación en el Hotel más céntrico de Valencia, en la mismísima Plaza del Ayuntamiento. Nunca pensé que dormiría en mi propia ciudad en un lugar tan emblemático y tan lleno de recuerdos. Y así fue, porque esa misma noche el Valencia se proclamó campeón de la Copa del Rey de Futbol y los aficionados estuvieron celebrándolo hasta las seis de la madrugada y no pude pegar ni ojo. Pero aún así fue maravilloso sentirme de nuevo allí con mis viejos y nuevos amores.

Os echo de menos!!!!





Después del recital nos llevaron a un restaurante en Angel Guimerá. Los coches no cesaban de pasar haciendo sonar las bocinas para celebrar el triunfo del Valencia. Nosotros reíamos ajenos a toda esa locura, y mientras eso sucedía en la calle, ellos me regalaban la deliciosa botella de Malta, y a José Luis, que cada día me recuerda más a Peter O'toole, le hacían entrega de esas bermudas que intenta medirse ante nuestras sonrisas.

Que la vida nos siga encontrando.