Confieso que asistí a una de las conferencias de Poesia a Sul, organizada por Fernando Cabrita, conociendo bien a uno de sus protagonistas, el poeta portugués Nuno Júdice, con quien había coincidido en Correntes d´Escritas, y sin saber nada del otro personaje, William Cliff, seudónimo del poeta, novelista y traductor belga André Imberechts.
Tras la intervención sobria y distante de Júdice, Cliff leyó un poema impresionante que todavía resuena en mi cabeza "... Yo fui un niño riendo lamentablemente / en una país ocupado por los alemanes ... " y llevo así dos días, rastreando todo lo que encuentro sobre este increíble autor que a sus 80 años posee una vitalidad y una fuerza poética fuera de lo común. No puedo más que agradecer a Fernando Cabrita este maravilloso encuentro y a Cliff su simpatía, su locura y la tierna rebeldía con la que se ríe del mundo. "¿Dónde aprendiste a hablar tan bien el español?" - le pregunté mientras navegábamos por la ría Formosa - "En el cielo" - respondió. Y a partir de ahí nos entendimos casi en cualquier idioma, porque todo concluía entre nubes y risas en el cielo.
Le dejé mis gafas de hipermétrope para leer durante el almuerzo, y el hombre que yo desconocía y había sido apadrinado por el mismísimo Raymond Quenau me habló de su vida, de poesía, de la relación con Ferreté y Biedma, y tuvo la deferencia de ir al hotel a buscar el manuscrito del poema que leyó y después me regaló y que publicaremos la próxima primavera en la revista de poesía Alameda 39. Todo un feliz encuentro.